<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar/6273027?origin\x3dhttp://neocrap.blogspot.com', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

Neomierda.

Cero credibilidad.

Domingo.


La verdad, hoy Domingo no pensaba hacer algo de provecho, coño, no pensaba hacer NADA en absoluto, nada más echarme en el sillón y quedarme ahí de huevón toda la tarde hasta la hora en que, muy cansado de no hace nada, me levantara de mi lugar y me llegara a acostar a mi cuarto a leer para después quedarme dormido.

Pero, al parecer, hoy no era un día de esos.

Empezó mi día a las once treinta, cuando me levanté, me bañé y me fui a la casa del Señor a escuchar Misa con mi abuelo y mi carnalilla, como es nuestra obligación. Siempre que voy a la parroquia los Domingos, en plena liturgia me desconecto y se me ocurren ideas pendejas sobre las cuales escribir -de hecho, ahí es la única ocasión donde tengo ideas- pero nunca cargo nada para escribir lo importante y recordarlo. Además, se vería mal sacar lápiz y papel en pleno ofrecimiento de la hostia, que es el cuerpo de Cristo Nuestro Señor.

Total, lo único que recuerdo de este día en misa fue algo que me causó mucha risa.

Nos encontrábamos ya al final de la ceremonia, el sacerdote recién había terminado de dar la comunión y estábamos el un momento de silencio antes de levantarnos de nuestros asientos para persignarnos y dar fin a todo aquello.

Sentados como estábamos pude voltear a ver a unas tipas bastante chulas a mi izquierda, una de ellas, sentada junto a su padre, traía una cara de "ya me quiero ir" que no podía con ella, pero trataba de aparentar. Su jefe simplemente estaba perdido en lontananza esperando a que el padre dijera "Esta misa ha terminado"

Así estaba la cosa, tranquila y en silencio, cuando, por obra de Dios (que ahí es su residencia oficial recordemos) una palomilla, o alguna clase de insecto volador de esos, se le ocurrió invadir el espacio aéreo personal de la tipa, cruzando, exactamente, enfrente de su naríz.

La tipa dió un respingo. Pego un brinco de aquellos y empezó a manotear a madre, por la ansiedad de saberse acosada por la alimaña mal pedo. Pero guardaba silencio, todo era con mímica y señales, como lo haría un mimo si viera una asquerosa cucaracha y les tuviera miedo.

Entonces, el insecto tuvo a bien aterrizar en la rodilla de la morra. Ella no veía al animal por tener cruzadas sus piernas, pues la palomilla estaba en la rodilla de la pierna de abajo, la que no se ve.

Su hermana que estando junto a ella (a su derecha, su papi a la izquierda) vió todo lo que pasó con una sonrisota culpable, le señaló donde estaba la alimaña, sólo para ver a su hermana dar otro brinco y agitar las manos abiertas muy rápido con asco, con el afán de ahuyentar al animalillo.

Obviamente, la tipa repitió su númerito de mimica, pero esta vez, hasta roja se puso, y tenía una cara de entre asco y susto digna de fotografiar. Su hermana, su padre, mi abuelo, mi hermana y yo, vimos todo ello; y también la vimos quedar totalmente agitada y nerviosa, lo que le acentuaba su cara de "que asco, ya vamonos de aquí carajo".

Su hermana se reía calladamente de ella. Y yo también me reí -y mucho- de ella y su ridículo miedo a las palomillas que nada le hacían. Todo eso afirma mi creencia de que en los lugares más insospechados pasan las cosas más graciosas, la cuestión es voltear en el momento justo.

***


Recién llegué a mi casa, mi carnala se empecinó en que quería pizza. Mi abuelo, con tal de que coma algo la escuincla, le cumple cualquier antojo y hablamos al Domino's más cercano para que nos mandaran dos pizzas grandes, una de pepperoni y otra hawaiana, una gratis gracias al cupón y la otra no.

Llegó, eran 164 varos, le pagamos 200. El tipo nos preguntó si teníamos cinco para regresarnos cuarenta, no tenía cambio, mi abuelo tampoco y mi mamá muy poco. Volteamos la casa para encontrar los mugres cinco pesos, los juntamos entre moneda nacional y gringa, y se los entregamos, nos dio los cuarenta y se largó atufado por que lo tuvimos esperando cinco minutos de su valiosísimo tiempo. Pedo de él.

Comí pizza (poca) y me largué a ver la televisión. No había nada interesante. Pero luego recordé la liguilla y le puse en televisa, solo para encontrarme con que Tigres le iba ganando dos a cero al América en el estadio azteca.

No tuve chanza ni de reirme por que en ese preciso momento vi como Carlos Adrián Morales le mandaba un bombón de servicio a Walter Gaitán. El centro por si sólo era medio gol, pero la técnica individual del "Divino" simplemente provocó que la acción quedara para poner en un marco: Paró el balón con la zurda y con la misma le propinó un punterazo para mandarla al poste izquierdo donde Ochoa no la alcanzó.

3 - 0. Mi risa era incontenible.

Termino el primer tiempo. Quince minutos después comenzó el segundo. Al minuto 54 me toco ver como Cuauhtémoc Blanco sirvió un esférico en la entrada del área para José Antonio Castro, quien filtró a Kléber dentro del área para fusilar al portero Tigre, meter al América en la liguilla y hacer explotar al Azteca.

Entonces, cuando todo parecía perdido, en el último minuto, en la última jugada Julio César Santos se encontró un rebote en tiro de esquina para rematar casi en el suelo, que terminó en gol, agradeciéndole de esa forma al América el haberlo traído al fútbol mexicano.

Me hubiera gustado estar ahí para ver llorar a los Americanistas. Ni pedo, no se puede tener todo en la vida.

Terminado el encuentro me conecté al MSN para cagársela a los americanistas que estuvieran conectados, estaba Bruno y procedí a cagársela, pero muy convenientemente no me contestaba, entonces se abrieron dos ventanas (ay que solicitado estoy! ajajaaa) una era Marcos para sacar su emoción por la estrepitosa caída del América, la otra, era Ana para decirme que fuéramos al cine. Acepté.

Bruno me respondió como esperaba: me la empezó a cagar por que el Atlas no calificó y la madre, haciendo evidente su ardidez, le dije que no se peleara conmigo, que mejor nos largáramos al cine, y dijo que si.

Me subí a mi carro y fui. Llegué a casa de Bruno, le grité y me abrió. Estaban poniendo el arbolito en su casa y saludé a sus padres. Su papa estaba muy enojado por que perdió el América y entonces paso lo siguiente:

-silencio-

Daniel: ¿Que sentiste cuando metieron el cuarto gol?
Bruno: ¡Callate!
Daniel: Pfff, ajajajaja

-Mamá de Bruno se ríe-

Mamá de Bruno: Mira *nombre del papa de Bruno* como se ríe
Papá de Bruno (americanista de hueso colorado): ¡¿Quien es, es tu amigo?!

-Silencio, ambiente pesado-

Daniel: ¡¡¡JAJAJAJAJA!!! Ya pues...

Como quedé mal, mejor me salía fumarme un cigarro y en eso, salió Ana, le grito a Bruno y nos fuimos al cine en el Tremendo por que Bruno no tiene transporte y a Ana no se lo prestaron.

Llegamos, compramos los boletos para DOOM, y nos salimos del cine por que faltaba tiempo todavía y nos fuimos a pasear por las misiones que estaba, como todos los putos Domingos, aturrado de gente.

Me sentía como salmón: contracorriente. El mar de gente iba rumbo al cine, y nosotros íbamos saliendo de ahí, entonces era cabrón moverse.

Dimos la vuelta, regresamos y nos sentamos en una banquita a platicar y ver pasar a las tipas Bruno y Yo, y los tipos Ana. Pudimos comprobar científicamente ahí mismo cómo la prescencia de una fémina de buen ver junto a cualquier hombre atrae la atención femenina; Bruno estaba sentado junto a Ana y la mayoría de las tipas lo veían al pasar, luego cambiamos de lugar y entonces era a mí a quien recortaban.

Como sea, llegamos, compre un pinche café y luego hicimos fila para entrar a la película.

Nos sentamos. Empezamos a ver la película. Que estuvo verguísimas y merece un post aparte de lo rifadora que está, por lo pronto, sólo puedo decir que, gracias a esas películas voy al cine, emoción, balazos, explosiones en donde hasta el perro sale disparado. Pero Doom es especial.

Como sea, llegamos después, me topé al Chris y al Marcos y nos quedamos un rato platicando, luego se fue Chris y me quedé con el Marquillos hasta que llegó Hector y se la cagamos por que es americanista. Hablamos de futbol un rato y luego me vine pa' mi cantón a descansar por que tengo que ir a la escuela muy temprano mañana a arreglar unos 'pendientes' como dice mi Sacrosanta Madre.

Buéh, ya me cansé.

Chido.
« Home | Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »