"There is no rest for the wicked"
Subir, bajar, hablar con el jefe, entenderme con mis "empleados"-inútiles todos. Si quieres algo bien hecho hazlo tu mismo-, y regresar al trabajo: la misma rutina de todos los días, de todos los meses, de todos los años desde que mi memoria es capaz de evocar y el raciocinio me lo permite. Y ya estoy hastiado, aburrido, fastidiado de ello.
Creo, no, estoy seguro que se debe al cansancio. Es de esperarse: no hay un alma en este mundo que te aguante una férrea rutina de comerciante durante tantos años y esperar no cansarse. Por más que le guste su labor.
El problema, creo, esque necesito vacaciones, y las necesito desde hace años. Pero el negocio no puede atenderse sólo. Siempre existe algún gran cliente, algún pez gordo, alguien importante esperando verme y hacer un trato. Siempre hay alguien ocupando un lugar preponderante y esperando tratar conmigo, porque no hay nadie mejor que yo para este trabajo. No hay mejor negociante en este mundo que yo; es para lo que estoy hecho, lo sé y lo he sabido durante años. Me gusta mi trabajo, y me encanta ser el mejor en lo que hago.
A veces vuelvo atrás y hago memoria. Siento que ha pasado toda una vida desde que fui "degradado" -dicho textual por el jefe, lo tengo grabado- por "indisciplina", y terminé en este negocio, donde desde el principio me adapté, aprendí, y me convertí en el amo, en el maestro. Nunca se ha movido una hoja en este ámbito sin que yo lo sepa, y lo autorize. Ha si ha sido y así será mientras me encuentre al frente.
Ahora pienso en todo lo que he logrado gracias a mi inmensa capacidad en este negocio y a todas sus facilidades: he tenido la satisfacción de viajar por todo lo largo y ancho del mundo, tengo riqueza más allá de los sueños de cualquier muerto de hambre, tengo poder y alcanze para hacer babear a cualquier Jefe de Estado, he tenido a las mejores mujeres de cualquier afiche imaginado por cualquier mocoso puñetero en sus más caros sueños húmedos, y tengo amigos poderosos, importantes, indicados y precisos, regados por todos los países. Como dije: no se mueve una hoja sin que yo lo sepa.
Me he codeado con los grandes, y he estado detrás de ellos desde siempre. Sea como asesor, consejero, facilitador, proveedor... incluso como enemigo formidable. Son tantas cosas, demasiadas. Tantas memorias... tantas caras, tantas personas; Debería escribir un libro... pero no tengo el tiempo. No puedo quejarme, y lo hago, porque estoy cansado; razón suficiente, carajo.
Tantas satisfacciones, tantos momentos, tanto tiempo y vida invertidos, mas nada de vacaciones. No hay tranquilidad. "No existe la paz para los malvados" dice el refrán. Y a pesar de los milenios que he tenido para meditarla, hasta ahora tiene sentido, porque pues, aceptémoslo:
Las almas no se venden solas.