Tocan.
Hace tiempo le presté a mi tío una novela llamada "Azteca". Dicha novela supone un reto porque, de entrada, te das cuenta que es un librajo de más de mil páginas en letra pequeñita, y que, probablemente, te lleve una cantidad considerable de tiempo terminar. Total, el libro lo adquirí hace mas o menos tres años, si mis cálculos no fallan, y lo estuve prestando. La últimas manos que lo tuvieron fueron las de mi tío, que demoró alrededor de ocho o nueve meses en terminarlo.
El viernes de la semana pasada me comentó que por fin ya lo había terminado, y cuando fui a su casa, me lo apropié. Y ahora lo estoy releyendo; ignoro el porque, pero esta leída me ha hecho disfrutar más de él, la historia que cuenta, a poner mayor atención a los detalles y a las frases que vienen en el. Debo admitir que me dio envidia mi tío cuando lo estaba leyendo, pues leía a razón de tres o cuatro páginas diarias, pero disfrutaba del libro, se empapaba de su historia y su mensaje.
Ahora me he dado cuenta que, si bien es un libro, un trabajo de ficción que nunca pasó, me hubiera gustado que esa historia fuera verdadera. Es una novela muy bien documentada, con fechas, lugares, personas, y eventos que en realidad sucedieron, pero desde el punto de vista de un mexica, un hombre que vivió todas las cosas de cerca desde pequeño hasta ser un viejo septuagenario.
Una momento en particular de este libro, es al principio, cuando al nacer un nuevo ciudadano mexica, al quitarle el cordón umbilical y meterlo en una tinaja de agua fría, muchos visitantes, amigos, familiares, congéneres y colegas, llegan a su lugar de nacimiento a dedicarle un triste saludo. Lo que le dicen, si el recién nacido lo entendiera, lo haría arrepentirse de haber salido del cuerpo de su madre:
"Has venido a sufrir. A sufrir y a perseverar".
La primera vez que leí el libro puede que no haya prestado tanta atención, o si lo hize, lo olvidé, pero ahora, saltó a mi vista y se quedo grabado en mi mente, espero, por mucho tiempo.
Ahora bien, no lo tomo a mal. Todos tenemos que sufrir en algún momento. Todos. Hasta ahora no he conocido a nadie que haya estado excento de cualquier tipo de sufrimiento, desde un pequeño drama cotidiano, la pérdida de alguien o algo muy querido, hasta un evento terrible que te cambie la vida.
Cualquier persona que lea esto, ha tenido o tendrá sufrimiento, y tendrá que seguir adelante mientras respire. No shit Sherlock. Si estoy diciendo esto, es por la sencilla razón que es lo que he venido pensando últimamente. He venido preguntandome mentalmente si todas las personas a mi alrededor estan sufriendo por alguna razón, o si saben que viene algo, o si viven algo desgarrador, pero no lo dicen.
No sé la razón, pero ahora considero el sufrir en silencio algo equivalente a la madurez. Yo mismo lo he experimentado en mayor o menor medida, y lo he manifestado en su momento, aquí o con mis seres queridos en el momento y solamente después de haberlo sufrido, o cuando ya he hecho todo lo que ha estado a mi alcanze para solucionarlo.
Bueno, no puedo decir que me siento bien por tener que hacer las cosas sólo, ¿a quien no le gusta que le ayuden? pero debo aceptar que a veces, siento alguna clase de orgullo de poder hacerlo, saberme útil para mi mismo, resolver adecuadamente lo que se presenta, para después, fuera de tiempo o atemporalmente, hacerlo saber a alguien querido. Así no me siento como una carga, como un lastre, y me siento en condiciones de afrontar lo que este mundo "que cada día está más difícil y más cabrón", tiene para ofrecerme en materia de retos.
Ahora, no se confunda el lector con esto, yo no busco mis problemas, ellos vienen solitos. Pero si vienen no queda de otra que confrontarlos de la mejor manera. Y bueno... este post creo que lo tenía planeado de otra manera pero así salio... ni pedo. De todas formas ya me cansé.
Ah, aquí viene un problema de gran envergadura a tocar a mi puerta. Tengo que atenderlo, luego les cuento como me fue.
El viernes de la semana pasada me comentó que por fin ya lo había terminado, y cuando fui a su casa, me lo apropié. Y ahora lo estoy releyendo; ignoro el porque, pero esta leída me ha hecho disfrutar más de él, la historia que cuenta, a poner mayor atención a los detalles y a las frases que vienen en el. Debo admitir que me dio envidia mi tío cuando lo estaba leyendo, pues leía a razón de tres o cuatro páginas diarias, pero disfrutaba del libro, se empapaba de su historia y su mensaje.
Ahora me he dado cuenta que, si bien es un libro, un trabajo de ficción que nunca pasó, me hubiera gustado que esa historia fuera verdadera. Es una novela muy bien documentada, con fechas, lugares, personas, y eventos que en realidad sucedieron, pero desde el punto de vista de un mexica, un hombre que vivió todas las cosas de cerca desde pequeño hasta ser un viejo septuagenario.
Una momento en particular de este libro, es al principio, cuando al nacer un nuevo ciudadano mexica, al quitarle el cordón umbilical y meterlo en una tinaja de agua fría, muchos visitantes, amigos, familiares, congéneres y colegas, llegan a su lugar de nacimiento a dedicarle un triste saludo. Lo que le dicen, si el recién nacido lo entendiera, lo haría arrepentirse de haber salido del cuerpo de su madre:
"Has venido a sufrir. A sufrir y a perseverar".
La primera vez que leí el libro puede que no haya prestado tanta atención, o si lo hize, lo olvidé, pero ahora, saltó a mi vista y se quedo grabado en mi mente, espero, por mucho tiempo.
Ahora bien, no lo tomo a mal. Todos tenemos que sufrir en algún momento. Todos. Hasta ahora no he conocido a nadie que haya estado excento de cualquier tipo de sufrimiento, desde un pequeño drama cotidiano, la pérdida de alguien o algo muy querido, hasta un evento terrible que te cambie la vida.
Cualquier persona que lea esto, ha tenido o tendrá sufrimiento, y tendrá que seguir adelante mientras respire. No shit Sherlock. Si estoy diciendo esto, es por la sencilla razón que es lo que he venido pensando últimamente. He venido preguntandome mentalmente si todas las personas a mi alrededor estan sufriendo por alguna razón, o si saben que viene algo, o si viven algo desgarrador, pero no lo dicen.
No sé la razón, pero ahora considero el sufrir en silencio algo equivalente a la madurez. Yo mismo lo he experimentado en mayor o menor medida, y lo he manifestado en su momento, aquí o con mis seres queridos en el momento y solamente después de haberlo sufrido, o cuando ya he hecho todo lo que ha estado a mi alcanze para solucionarlo.
Bueno, no puedo decir que me siento bien por tener que hacer las cosas sólo, ¿a quien no le gusta que le ayuden? pero debo aceptar que a veces, siento alguna clase de orgullo de poder hacerlo, saberme útil para mi mismo, resolver adecuadamente lo que se presenta, para después, fuera de tiempo o atemporalmente, hacerlo saber a alguien querido. Así no me siento como una carga, como un lastre, y me siento en condiciones de afrontar lo que este mundo "que cada día está más difícil y más cabrón", tiene para ofrecerme en materia de retos.
Ahora, no se confunda el lector con esto, yo no busco mis problemas, ellos vienen solitos. Pero si vienen no queda de otra que confrontarlos de la mejor manera. Y bueno... este post creo que lo tenía planeado de otra manera pero así salio... ni pedo. De todas formas ya me cansé.
Ah, aquí viene un problema de gran envergadura a tocar a mi puerta. Tengo que atenderlo, luego les cuento como me fue.
Etiquetas: Casa, Obrando bien, PENE, Vida y Obra