De mis puñetas mentales.
Puta madre.
En este momento de sano encabronamiento, luego de tener un altercado con el pendejo mal parido que tiene a bien malcogerse a mi nueva vecina, que tengo la "inspiración" necesaria para escribir.
Chingado.
Luego de circular la ciudad a una velocidad pasmosa, hasta llegar a la puta universidad, llego a clase, a tiempo, y lo primero que encuentro, es a las pendejas de mis compañeras, que, aprovechando que la maestra no ha llegado, estan jugando en el salón como unas viles mocositas que apenas estudian el kindergarden.
Las pobres idiotas se divierten montando sus feos traseros en la silla con ruedas donde la maestra se sienta, se impulsan con los pies en el suelo, y se lanzan hacia algun lado del salón hasta topar con la pared... puta, me parece muy irritante, de sobremanera. Irritante a grados que nisiquiera puedo a comenzar a explicar sin correr el riesgo de sufrir un coma diabético.
y es que en este momento -en este momento de claridad- en el que me doy cuenta de la cantidad de pendejadas que me surgen en la sesera:
Mientras las veia jugetear estúpidamente, se barajaban en mi mente un sinfín de posibilidades, de probabilidades, como podría ser que una de las tipas se impulsase de más, y estrelle su facie contra la pared, seguido esto de un sonoro putazo de su cuerpo contra el suelo, producto del mareo del primer y contundente golpe...
Pensaba también en que la tipa rompiera la silla, y cayera dandose un fgracioso sentón contra el suelo... jejejeje
y así, mientras las veo, mi mente me llevaba a otra cosa, me llevaba a pensar en como chingar a aquél pobre imbécil, ese que me la hizo de pedo hoy, por el simple hecho de que había estacionado su pinche camioneta atrás de mi auto, la camioneta tapaba mas o menos la mitad de la parte de atras de mi tan chingon carro, en pocas palabras:
su grandísima estupidez de camioneta (una pinche explorer rascuachísima) estobaba mi salida.
Toqué en su casa, y abriendome aquél, le pedi de una manera amable que porfavor quitara su camioneta pues no me dejaba salir, el restrasado mental se negó, dándome argumentos tan insulsos como: -"si sales weeeeey", "no te estorbo weeeeey", "¿quieres que yo mueva tu carro para que veas que si sale weeeey?"- A lo que serenamente contesté: -"No, gracias, quiero que muevas TU carro, no el mio". Pero el putito en marras se negó, nos hicimos de palabras, (me la quiso hacer de pedo, pobrecito, snif.) el pobre diablo y yo, aquél pretendia llegar a los chingazos, pero yo, que soy tan bondadoso, cordial, de buenas costumbres, amigo de los animales, hermano de los pobres, de la lluvia, de la garza y de la rosa y del sol, hijo de la buenaventuranza, usuario de Internet Explorer, televidente de hallmark, caminante no hay camino, solsticio y plenilunio, marea baja y espuma de mar, sal brillante caribeña, precursor del buen trato, co-escritor del manual de carreño y la principal fuente de inspiración del mundo civilizado, un encanto de hombre y persona decente que JAMAS molesta a nadie, con una sonrisa de lástima y pena ajena, le espeté:
-"¿Lo vas a quitar o no?" No? Ok, gracias pendejete"
y así puse fin al altercado, pues comenzaba a dolerme la cabeza y a provocarme ganas de vomitar su sola presencia, el se metió al lastímero agujero que tiene por casa, y yo me subí a mi cómodo y glorioso automóvil, y después de hacer mamada y media para poder salir de donde estaba, le dejé como recuerdo al pendejo aquél un gargajo del tamaño de Texas en el parabrisas.
Me marché pensando en diferentes formas de tortura lenta y dolorosa hacia el, y en formas de joderlo.
Pensé en una pistola de paintballs. Y me veía a mi mismo pintando una nueva obra de arte conceptual (patrimonio de la humanidad) en todas las paredes exteriores de su cantón.
Pensé también en un arma de fuego. -Un .380 o una 9mm- En un balazo a la rodilla y su dulce rictus de dolor mientras se retorcía como la sabandija que es.
Pensaba en agarrarlo a chingazos, en arrimarle una putiza de aquellas. En darle un golpe con la mano abierta directo al cuello, a la manzana de adán, lo suficientemente fuerte para sofocarlo pero no lo suficiente para matarlo, y así, mientras permanece tendido en el suelo, escupir en esa cachetada visual que tiene por cara para demostrarle mi infinito desprecio.
y bueno, pensamientos por el estilo...
Pero no, carajo, nada de eso, puñetas mentales como estas, nunca se cumplen o se llevan acabo. No por falta de huevos o cobardía, si no por falta de impulso, por falta de los materiales necesarios para la chinga, y por que ya lo pensé y esta aquí escrito.
He vaciado mi furioso impulso en éstas letras en lugar de derramarlo sobre el cuerpo, el auto, el perro y la casa del don nadie aquél.
y así sucede casi siempre con todos los deseos e impulsos humanos, el deseo de agarrar a putazos al enemigo y luego vandalizar su cantón, de mentarle la madre al cabrón que lo merece y que lo ganó a pulso (ya sea amigo, familia, o fulanos como el de hoy) decirle lo que sientes a la mujer que amas y acto seguido besarla apasionadamente...
pero todo se va a la verga, por que te detienes a pensar, por que paras y te avientas una puñeta mental, en la que piensas las consecuencias de los actos... y eso frena el impulso.
La vida, en mi opinión (la unica que me importa junto a la de mis amigos y familiares.) debería ser más impulso y menos cerebro, más bolas y menos sesos, más putazos y menos putos.
En mi opinión, el que piensa pierde, y si sigo de puñetero voy a seguir perdiendo.... snif
ya. a la verga.
Oderint Dum Probent.