<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d6273027\x26blogName\x3dNeomierda.\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLACK\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://neocrap.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_MX\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://neocrap.blogspot.com/\x26vt\x3d-2210284163126322865', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

Neomierda.

Cero credibilidad.

Cinco minutos de maldad.

En estos días me he visto inmerso en una vorágine de eventos familiares, que han culminado ayer con la muerte de mi padre, el Doctor Daniel Santoyo y del Valle.

Ha sido tiempo de hacer continuas llamadas telefónicas larga distancia, de estar a la expectativa; de querer saber, aunque preferirías ni enterarte. De darte cuenta, o más bien toparte, con muchas cosas que has ignorado desde que naciste y han estado frente a ti durante toda tu vida.

Ha sido momento de darse cuenta de la calidad humana en forma de abnegación y de la recalcitrancia del egoísmo. De reparar en el maniqueísmo de algunas personas; el fatalismo propio, y de la contundencia de la verdad, de los hechos.

Estos días han sido de detenerse, de hacer una pausa. No precisamente una pausa refrescante, pero una pausa al fin. Poner en stand by la vida, para ser parte de otras vidas. De poner el bien propio en segundo término, para poner el ajeno primero, de reconocer esa sensación cuya satisfacción había olvidado. De sacar entereza sabe Dios de dónde y ponerla de manifiesto, de hablar ahora y sufrir después, de desarrollar el tan mentado "carácter" y la tan sobada "madurez".

Y así como algunos sentimientos los reconocí, también conocí otros sentimientos mucho mas oscuros, al menos por cinco minutos: Sentir el reflector gigante de estar en medio de la controversia. De contemplar como posible el calor de la disputa. Sopesar y casi saborear la posibilidad de arrebatar lo que por cariño no te dieron. De ver viable la posibilidad de presentarse aunque hayan querido impedirlo durante años, de ser el ave de la tempestad, el heraldo negro, el que chinga los planes superchingones, ser el super chilango entre tu y tus vacaciones.

Fueron cinco minutos de maldad: cinco minutos donde pensé en arruinarles todo, en ir y destruir desde los cimientos lo que con tanto trabajo habían construido. De tirarles su castillito de naipes. De, por fin, reclamar algo que me pertenecía...

Fueron cinco minutos de maldad, cinco minutos que gastas en escuchar una cancion relativamente larga, cinco minutos que duran los comerciales en la televisión, cinco minutos en lo que marco el teléfono y me comunican. Cinco minutos hasta que me contestan y me doy cuenta que no era como pensaba, que no soy capaz. Que aunque quisiera, no podría. Porque así fue la voluntad de mi padre y así se dieron las cosas: hay cosas más importantes que destruir.

Entonces me doy cuenta que no soy capaz de hacer el mal, no lo tengo en mí. No llevo la frialdad necesaria para decir, hacer, o mandar que hagan el mal, una salvajada, o una desgraciadez. Y me alegro, y sonrío.

Creo que ese fue el legado que me ha dejado mi padre, su último regalo, lo que me dejó antes de morir: Soy una buena persona, alguien que no hace el mal, "un alma buena" como diría mi madre. Y eso vale más que toda la feria, que todo los sentimientos, y toda la superflua satisfacción que me hubieran traído esos cinco minutos, entre lo que entraba la llamada y me daban razón de la situación.

Gracias papá. Te quiero. Todo bien. De verdad.
« Home | Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »