De causas y señales.
okey.
No me siento muy bien, de hecho, estoy frustrado y me siento miserable. Es por estos motivos, por los cuales lanzo esta diatriba.
Hoy perdió el Atlas, 4 a 3, en un partidazo. Y aunque mi equipo perdió el partido, no ha perdido la serie. Sigo con la confianza puesta en que llegará a la final.
Confianza ciega, Fe ciega.
Para algunos o para la mayoría, esto del futbol es sólo un juego. Un juego idiota donde 20 imbéciles en pantalones cortos corren detrás de un balón con el objetivo de meterlo en la porteria contraria, y conseguir puntos.
Y si, tienen razón. Es un juego y ya.
Pero para muchas personas; personas como yo, esto es algo más que un juego. Es amor, es pasión, es gloria y es arte. No solo un juego y nada más.
Mi equipo perdió hoy, se ve lejos que llegue a la final, y aún más lejos que lleguen al campeonato. Pero la moneda está en el aire. Se que de algún modo, o de alguna forma saldremos avantes de esto, y a la postre, mi equipo será campeón. No se en que basarme o en que apoyarme para decir esto. Sólo lo sé, es un sentimiento, no lo puedo explicar.
Son 53 años sin saborear un campeonato. ¿Y que chingados?
En este año aprendí que no importa cuanto tiempo se tarde alcanzar un objetivo, no importa lo que tengas en tu contra, no importa ningún escollo, si quieres algo con la suficiente fuerza, y haces por lo que deseas, si quieres llegar al objetivo, encontraras un empuje, una fuerza, un algo que vendrá en tu ayuda...
y lo más seguro es que lo logres. Solo hay que desear con la suficiente fuerza, y buscar frenéticamente, como sea, alguna forma, algún modo debe haber.
Para mi esto no es un juego, es una causa. Yo no elegí ser hincha del atlas, el atlas me eligió como su hincha. Estoy enamorado de mi equipo, y deseo con todas mis fuerzas un campeonato. Sé que tarde o temprano, lo vamos a conseguir, y siento también, que este debe ser el campeonato en el que lo logremos.
Y no sólo es mi equipo, tengo más causas en mi vida.
Pienso que si esta causa se cumple, si ganamos el partido del Domingo, es como una señal, no se si divina, o no, pero una señal, de que las causas que he decidido seguir, que he decidido mantener, con sacrificios, con sudor, y con lágrimas, no son causas perdidas.
Me convencerá de tienen un fin, una razón de ser. Y que tarde o temprano, se volverán una realidad...
Solo quiero una señal. Dénmela.
¡arriba el atlas putos!
Oderint Dum Probent.