<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d6273027\x26blogName\x3dNeomierda.\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLACK\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://neocrap.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_MX\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://neocrap.blogspot.com/\x26vt\x3d-2210284163126322865', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

Neomierda.

Cero credibilidad.

Impresionante


Es impresionante como la pendejada más pequeña e insignificante puede ser el catalizador de un momento gigantesco, de esos que se quedan en la memoria y los cuales cuentas una, y otra, y otra vez.
Como algo tan simple, te conduce a un momento inolvidable por sus componentes y sus pequeñísimos detalles. Es increible vivir una anégdota y encima, saber que la estas viviendo.

Hoy sucedió exactamente eso. Me tocó ver a Christian prender un pedo con un encendedor. Algo, que al menos yo, no veo todos los dias.
Estaba conciente de la posibilidad existente de prender con un encendedor o un cerillo una ventosidad. Me había tocado verlo en videos por televisión o en internet, pero nunca en vivo, verlo en vivo, queridos míos, es otra cosa.

Nos encontrabamos sentados en la sala de dulce platicando, david, marcos, christian, dulce y un servidor. Cuando, repentinamente, vi a christian tomar el encendedor y decir: "Wachen esto". Acto seguido, prendió el encendedor y relajó el culo, dejando salir un pedo, que al contacto con la flama del aparato, entró en combustión inmediatamente, hacíendo un curioso sonido *poof* y causando que la pequeña flama creciera.
La reacción no se hizo esperar, todos los ahí presentes brincamos en nuestros asientos por la sorpresa y después por la risa. Creo que a nadie de nosotros nos había tocado ver que se prendiera un pedo, y como buenos primerizos, soltamos la carcajada.

Carcajadas duraderas, de esas que sientes largas y sabrosas. Las risotadas eran sonoras y honestas, de auténtica diversion y simpleza. Momentos después, luego de pararnos de nuestros asientos, doblado de la risa, con el estómago doliéndonos y las costillas acalambradas, tomamos un ligero descanso para tomar aire. Derrepente, de la nada, vi que david hacía una mueca extraña y caminaba hacia la puerta para salir de la casa, todo fué muy rápido, pues al mismo tiempo, marcos hacía lo mismo. Yo, con las costillas todavía doloridas de la risa, salí a ver que pasaba junto con christian. Lo que ví - y se los firmo donde quieran- fué todavía más gracioso: david y marcos estaban vomitando. En parte por el ataque de risa tan cabrón al que fueron sometidos, y por el asco que les causó ver el pedo tronar con la flama del encendedor.

Los dos vomitaban copiosamente. Uno recargado contra una pared, el otro, inclinado, las manos apoyadas en las rodillas, vomitaba sobre el pasto del parque, marcos se cambió de lugar, orillado por el asco de su propio vomito, y terminó vomitando en el parque también, a tan sólo unos metros de david.

Christian amagaba con guacarear también, motivado por el continuo sonido -entre rugido, eructo y tos- tan caractéristico en los que vomitan. No vomitó, pero escupió bastante. Yo permanecí ecuánime y no vomité, no podía parar de reirme y ellos no paraban de vomitar. Fué excelente, por un momento me sentí un lepe de secundaria viendo un episodio de jackass, donde si no vomitaban al menos una vez en todo el capítulo, era por que no estabas viendo jackass, imbécil.

Una vez que hubieron sacado los dogos que se tragaron y las coca-colas que se bebieron, y después de agarrar aire -mucho aire- marcos y david regresaron a la casa, christian y yo, con los ojos llorosos por la risa, entramos también.

David, christian y yo teníamos que irnos, así que nos despedimos de marcos y de dulce y emprendimos el camino. A una cuadra de la casa de dulce, mientras yo seguía cagado de la risa y el david manejaba mascando un chicle para quitarse el asqueroso aliento a hot dog y jugo gástrico, christian, sin previo aviso, abrió la puerta del carro a media calle y se bajó a vomitar. Mi risa aumentó grandemente y david tuvo que mover el auto para no ver, pues si veía, era seguro que iva a guacarear lo que quedaba de los dogos.

Terminó de vomitar christian, se subió y nos dijo: "Ya estoy bien weyes, arres pues" para despues lanzar un eructo, abrir la puerta y seguir vomitando, estaba en el carro sentado y vomitaba hacia la calle con la puerta abierta, demasiado cerca para el gusto de david, que también se bajó a guacarear.

El sonido de mis carcajadas reverberaba en las paredes de las casas cercanas a donde estábamos, unos vecinos salieron a ver que sucedía, pues no era normal que dos cabrones estuvieran vomitando en plena vía pública, mientras el otro, en lugar de ver por ellos, se cagaba de risa y se fumaba un cigarro, una vez que terminaron y se subieron al carro, david arrancó el carro y salió en chinga de esa calle, pues tenía prisa y ya era tarde.

Apenas recorrimos unos cuantos metros cuando christian, casi sin aliento, alcanzó a gritar: "Párate cabrón!" para luego abrir la puerta violentamente y bajarse a vomitar de nuevo. Luego, después de uno o dos minutos volvió a subir al carro, más tranquilo ya, entonces enfilamos hacia su cantón. David llevaba mucha prisa, aceleraba mucho y daba las vueltas muy cerradas, christian, le espetaba débilmente: "Wey bájale, voy a guacarear otra vez"

Llegamos a casa de christian, éste se bajó y parecía que quería seguir vomitando... pero david y yo nos marchamos en chinga y no supimos más de nada... luego me trajo a mi casa, todavia doliéndome el estómago

en fin...

cosas como éstas pasan pocas veces en la vida, hace mucho que no me reía tanto, en tan reducido espacio de tiempo, juar, estuvo para grabarse todo esto, y todo comenzó por un pedo y un encendedor.

snif..


Victa iacet Virtus
« Home | Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »