<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d6273027\x26blogName\x3dNeomierda.\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLACK\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://neocrap.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_MX\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://neocrap.blogspot.com/\x26vt\x3d-2210284163126322865', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

Neomierda.

Cero credibilidad.

Dos.

Recuerdo el final. El último estertor, el último suspiro, el último beso, el abrazo al final. Recuerdo las últimas palabras que me dirigiste antes de darte la media vuleta y marcharte, hecha un mar de lágrimas. Cuando me dejaste solo con mi dolor, en ese lugar frio, sin saber que hacer.

Recuerdo el final de lo que fue nuestro amor, mi memoria esta llena de momentos, pequeños fragmentos como un rompecabezas que, puestos correctamente, cuentan una hermosa historia de dos personas que se amaban. Me encanta, me fascina rememorarlo, pues para mi, fue de las mejores cosas que me han llegado a pasar. Supongo que para ti no lo fue.

Ahora todo es distinto. Parece que has olvidado todo, que te pasó de noche nuestra relación. Ya olvidaste todas las caricias, todos los besos, los abrazos, los placeres y los amores que llegamos a compartir. Todas las risas, las lágrimas y los cómodos silencioas de los que fuimos cómplices. Ya has olvidado todo, se ha perdido en la noche de la nada, se ha convertido en polvo.

Todo es diferente, ese olvido, tan selectivo y conveniente, te orilla, te provoca a hacer cosas de verdad insoportables, intolerables, cosas que nunca pensé de ti, pues te conocía -y conozco-, pero que, en realidad, no me sorprenden, y las soporto, por que agradezco, de sobremanera, todo lo que me diste.

Soporto tu frialdad, tu indiferencia, pues supones que ahora me acerco y que estoy contigo, por que no puedo vivir sin ti, crees que busco tu paciencia, tu misericordia, y que trato de extraer esos últimos destellos del cariño que sentías por mi.

Soporto el que me evites, dándome excusas infantiles, sacándole la vuelta a todas las situaciones, usando la más sucia y deshonesta cortesía, para explicarme, como no queriendo, que no deseas verme.

Soporto que te pavonees con él -y todos los otros- haciéndome ver lo feliz que eres sin mi, lo sencillo que ha sido olvidarme, y lo dichosa que ha sido tu vida desde que me dejaste, pues no estás sola.

Soporto tu silencio, incómodo como una piedra en el zapato, y la distante y fría sensación que me deja esta nueva fase de amistad, cada que estamos juntos, cada que nos encontramos.

Todo esto lo soporto, por puro agradecimiento.

Lo que no soporto, es en lo que te has convertido. No tolero el verme convertido en la razón de tus lágrimas, en la pesadez de tu existencia, en el némesis de tu vida, en el azote de tu dios inmisericorde.

No soporto el verte tratando de substituirme -de la manera más patética y peliculesca- con la premisa de sanear las pérdidas acompañada.

No soporto que te hundas en las drogas y en el alcohol cada que me ves, que hagas un teatro y saques de tu repertorio toda clase de ridiculeces "para darme celos".

No soporto que te escudes en la inmunda excusa de que te falta cariño, causando lástimas, largarte a tu casa y encamarte -llevándotelo entre las patas, diría mi santa madre- con el primer pendejo que tuviste a bien entontrarte en un bar.

De verdad espero que todo lo que estás haciendo, te traiga alguna solución, alguna satisfacción, que saques algo bueno de ello. Pues el simple hecho de verte hacerlo, me entristece, mancha la memoria, el recuerdo que tengo de los dos, haces que me arrepienta amargamente de lo que tuvimos, de lo que fuimos alguna vez.

Ahora, si estoy equivocado, y en verdad soy yo, mi recuerdo tormentoso, mi aciaga memoria, lo que te causa todo esto, entonces, evocando a toda súplica jamás brindada, te lo pido, olvídame de una vez.

No me conviertas en algo que me repugna, que me da asco ser: Un cliché, un personaje de serie televisiva, de película cursi gringa, un villano, en un mounstruo. En una irreal caricatura, cuando sabemos que lo nuestro fue real y verdadero.

Para de sufrir, por favor, olvídame.


Victa iacet Virtus.
« Home | Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »