<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d6273027\x26blogName\x3dNeomierda.\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLACK\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://neocrap.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_MX\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://neocrap.blogspot.com/\x26vt\x3d-2210284163126322865', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

Neomierda.

Cero credibilidad.

Necesidades


Nunca había entendido porqué las necesidades sexuales de los hombres y las mujeres son tan diferentes entre si. Nunca había entendido todo eso de Marte y Venus. Y nunca había entendido por que los hombres piensan con la cabeza y las mujeres con el corazón

Una noche, la semana pasada, mi mujer y yo nos íbamos a la cama. Bueno, empezamos a franelearnos con el inevitable y picarón toqueteo mutuo. Yo ya estaba bien caliente y listo para todo, la tenía bien parada. Y es en ese preciso momento me dice: "Mira... ahora no tengo ganas mi amor, tan solo quiero que me abraces, ¿si?".
Yo, asombrado, solo alcanzé a decir: "¿QUE?" Así que me dijo las palabras mágicas:

"No sabes conectarte con mis necesidades emocionales como mujer".

Al final, asumí resignadamente que esa noche no iba a coger, así que me dormí.

Al día siguiente fuimos de compras. Yo la miraba mientras ella se probaba tres carísimos modelitos de vestido. Como no podía decidirse por uno u otro, le dije que se llevara los tres.

Entonces, emocionadísima y motivada por mis comprensivas palabras me dijo que necesitaba unos zapatos que hicieran juego, que costaban $600 el par, le contesté que me parecía perfecto.

Luego pasamos por la joyería, de donde salió con unos pendientes de diamantes. Pobrecita... si la hubieran visto... ¡Estaba tan emocionada!.

Yo creo que pensó que yo me había vuelto loco, pero de todas maneras no le importó mucho que digamos. Pienso que me estaba poniendo a prueba cuando me pidió un carísimo equipo profesional de palos de golf de primerísima línea, porque si la muy pendeja no sabe ni agarrar bien una verga, mucho menos va a saber agarrar un palo de
golf, ¿no?. Bueno, me parece que rompí con todos sus esquemas mentales cuando también le dije nuevamente que si.

Ella a estas alturas estaba casi excitada sexualmente después de todo esto... ¡debían haber visto su cara!.

Fue ahi cuando, con su mejor sonrisa, me dijo: -"Ven mi amor, vamos a la caja a pagar".

Me costó mucho aguantarme la risa cuando le dije: "No mi vida, creo que ahora no tengo ganas de comprar todo eso". De verdad, ojalá le hubieran visto su cara, se quedo pálida cuando le dije: "Tan solo quiero que me abraces". En el momento en que su impresionante cara de culo empezó a transformarse en pura furia y odio, simplemente añadí:

"No sabes conectarte con mis necesidades financieras como hombre".



Victa iacet Virtus.
« Home | Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »