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Neomierda.

Cero credibilidad.

El huracán (Ramírez)


Para empezar, creo que todos ya saben sobre el pedo del huracán en Estados Unidos ¿no? Bueno, si no es el caso -lo cual dudo mucho-, los pongo al corriente: Katrina, un huracán marca cañón, golpeó el área de Louisiana, Alabama y Mississipi, dejando a su paso muerte, destrucción, pérdidas, desolación, hambruna, saqueos, y la más grande alberca en el sur de Estados Unidos, principalmente en Nueva Orleans, ciudad de Jazz y comida cajun sureña.

Son terribles las imágenes que vienen de allá: gente saqueando supermercados para tener algo que comer, personas rescatando y siendo rescatadas de la creciente del río y de la inundación; las barcas, los veleros, los yates estancados y amontonados uno arriba del otro por la fuerza tan cabrona de los vientos; los niños llorando, los autos ahogados por el agua; la gente atrapada, y las lágrimas y el horror, ay, el horror.

Mucho se ha hablado del huracán y de la solidaridad de unos con otros. Ayude por aquí, gaste por acá para ayudar, compre esto que una parte se va para los damnificados, deposite en esta cuenta para los afectados por el huracán, el teletón del huracán... gente de la farándula gringa donando, músicos contribuyendo, Cuba y Venezuela ofreciendo ayuda a los gringuitos de la manera más irónica; y México, llevando su efectivo (no es sarcasmo, si rifa) plan DN-3 a la ciudad del Mardi Gras: personal humano para ayudar el rescate, cocinas móviles y huevos con jamón, salchicha o chile -your choice- para todos.

Ahora que la gran chingada llegó de putazo a los Estados Unidos y les ha tocado ver y experimentar que se siente lo que ven todos los días en CNN y MSNBC es cuando descubrimos que son humanos. Que sienten, que les afecta, les duele y piden ayuda. No los culpo, de verdad. Y que bien que llegue la ayuda, se demuestra así que no todos en el mundo son unos hijos de puta.

Dejando de mamadas; me parece loable lo que está haciendo la comunidad mundial por el desastre acaecido. Pues aunque tengamos muchas cosas en contra de los Estados Unidos, somos todos humanos y pertenecemos a la misma especie, y es lo que, se supone, debemos hacer siempre: ayudarnos. En lugar de siempre estar peleando por cualquier cosa, que casi siempre es algo material que deja harta feria, se puede colaborar para salir adelante (ay, el idealismo, snif)

Por igual y como en todo, mientras algunos hablan con los actos, otros hablan nada más. Mientras unos muestran el lado noble del ser humano, otros muestran la otra cara de la moneda.

Mucho se ha especulado sobre el origen de este desastre, todos formamos y manifestamos nuestra opinión. Al Qaeda, por ejemplo, ya se puso a bailar de gusto y a celebrar la desgracia, declarando que el desastre causado es un justo castigo para los Estados Unidos, por ser "cabeza de puente de los infieles" que feítos; aunque no me sorprende, pienso que es una reverenda estupidez pensar así, no se puede meter en el mismo costal a toda la gente por que su presidente (el junior más peligroso del mundo) no sabe manejar su poder.

Se ha hablado de un castigo divino por todas las malas obras de Estados Unidos, por sus abusos, sus conducciones hipócritas y sus mentiras. Se menciona como la ira desatada de la madre naturaleza y el castigo en forma de huracán como consecuenca a la cantidad obscena de recursos naturales que EU absorbe sin inmutarse, y la contaminación que deja a su paso y que impide la renovación; también hay teorías pendejas como la de unas personas en Ohio, que establecen que el huracán fue hecho con una máquina especial y que fue su mismo país el que probocó el desastre para reanudar las relaciones dimplomáticas en los países donde había rencillas (Cuba por ejemplo).

De entre toda esta cantidad de información y todos estos tejes y manejes, resalta una noticia a nivel local, la cual llegó a mis oídos en la radio ayer en la mañana: Un importante empresario de El Paso de nombre Dennis Leary (no tengo link) ofreció 40,000 (cuarenta mil) dólares en efectivo, al comité del teatro Abraham Chávez -donde tendría lugar la ópera- para aumentar la seguridad del recinto y asegurar el bienestar de los asistentes a tan particular espectáculo. Ay que buena onda de hombre.

Los miembros del comité rehusaron la oferta al saber el motivo oculto tras tan generosa oferta: Resulta que cerca de ahí, se encuentran algunos refugiados y sobrevivientes del huracán Katrina, que se alojan en la ciudad en el centro de convenciones de El Paso, el cual está en la misma cuadra que el teatro. El empresario pretendía que la seguridad extra impidiera que algún refugiado mugroso y triste que casualmente saliera a "tomar el fresco" y lo viera bajar de su limosina, enfundado en su tuxedo de dos mil dólares junto a su despampanante y joven esposa de 25 años en vestido de noche, por que, con el simple hecho de mirarlo, su velada corría el peligro de estropearsele a él y a su mujer, conocedores de ópera y asiduos asistentes al espectáculo cada temporada. A su vez, ofrecia entintar los vidrios del centro de convenciones, los cuales dan a la calle, para evitar que los refugiados lo vieran tan elegante y se sintieran mal al recordar lo que perdieron... tan educado él.

Sostenía que lo hacía por el bien de los refugiados y por querer brindar una ayuda desinteresada a sus compatriotas caídos en desgracia evitándoles la vista de cualquier cosa que les recordara su pérdida: como la amarga vista de un ricachón con infulas de filántropo junto a su joven esposa, bajando de una limosina y vistiendo trajes carísimos. Se interesa tanto por los damnificados, dijo, que donó DIEZ DOLAROTES ex profeso a la escuela de su hijo, que colectaba dinero para los afectados. Que gran corazón.

Estaba escuchando esto en vivo, y ya no sabía si burlarme o llorar; lo que sí sentí, fue una profunda pena ajena por el hombre, que accesible y honestamente, contestaba todas las preguntas que se le hacían. Aguantando cagadas de palo tanto de los conductores, como de las llamadas al aire que lo criticaban. Es una historia verdadera. Pobre hombrecillo, es la pena ajena del mes... y apenas estamos a diez.

Con todo eso a un lado, pienso que todo lo que se maneja es poco probable. Si, el karma de los gringos está completamente desbalanceado hacia el lado malo, y si, es verdad que para cada acción hay una reacción y que el que la hace, tarde o temprano, la paga. Pero no pienso que este sea el caso, no todos los ciudadanos de ese país comulgan con Bush y sus pendejadas; pagan justos por pecadores, si así lo quieren ver, pues si el castigo fuera justo, el vendabal le hubiera tumbado el avión a Bush, junto a su cofradía de pendejazos que lo asesoran. Pero no fue así, de hecho, Junior estaba de vacaciones.

Este desastre fue nada más eso, un desastre, como las erupciones volcánicas, los terremotos, los tsunamis y otros huracanes. Son cosas que llegan a pasar en un momento dado y para las que se debe estar preparado, el hecho fue que Nueva Orleans no se preparó para el desastre -que lo debió hacer a conciencia- y sufrió las concecuencias de ser una ciudad a -4 metros bajo el nivel del mar: Una inundación masiva y a la cual tomará seis meses evaporarse, dejando la misma destrucción que causó, pero más seca. Nueva Orleans no será lo mismo, pero igual ahora no se puede hacer nada. Lo hecho, hecho está y es una verdadera lástima.

deus et dominus natus
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