Pendejadas Varias.
Ayer me acosté temprano, muy temprano diría yo: eran las 10:30 y ya estaba metido en la cama, cubierto con la frazada hasta las mejillas, muerto de frio, de sueño y de cansancio. No mames, ¿eso que?
Al despertar, con la nariz tapada unas veces, llena de agua otras; con la cabeza doliéndome, y estornudando tres o cuatro veces seguidas, me di cuenta entonces de algo que a éstas alturas ya deben de saber: Estoy enfermándome. No chingues.
Es lo único que me faltaba: estar pinche enfermo.
Mañana tengo que hacer lo de los altares a ver si ya, de una vez por todas, le ponemos fin a ese pinche drama que solo los de mi grupo tenemos como obligación. Ojalá mañana no lleve su carro la maestra, por que entonces va a necesitar un juego de llantas nuevo.
***
Creo que ya lo había mencionado en el post de ayer, si no, lo menciono ahora: Tenemos que juntar cajas de cartón para, con eso, armar el altar. Ayer no me dieron ganas de ir a los diferentes supercitos a pedir, específicamente, cajas de papas Sabritas, que son del tamaño exacto para el altar de muertos de mañana.
Pues bueno, me fui con un compa de la escuela a buscar las mentadas cajas. Mi compa tiró para bien cabron, por que mi carro no tenía (ni tiene) gasolina y el puso su camioneta. Fuimos entonces a diferentes supercitos a ver si me querían regalar las cajas de cartón que les sobraba.
En el primer establecimiento, un Superette, no me dieron ni madres, me dijeron que ya habían tirado todo al contenedor de basura. Fui al contenedor y estaba vacío; había pasado el camión de la basura y era demasiado tarde.
En la segunda tiendilla, un Del Río, me dieron dos cajas de papas sabritas, la mujer que me las dio, me dijo que ya me habían ganado otras personas las cajas, pero eso no importaba, con esas dos me daba por bien servido.
En el tercer establecimiento -Un Rapidito- pasó lo siguiente: Estacionó mi amigo su camioneta al frente y a la izquierda del establecimiento. Dos lugares a la derecha estaba una camioneta de Barcel que acababa de dejar su cargamento de comida chatarra en el mencionado establecimiento.
Un tipo subía cajas al camión de papas, y junto al camión, habían como tres cajas de cartón de las papas. Me brillaron los ojos. Bajé entonces del coche, me dirigí hacia el sujeto y le di las buenas tardes. El tipo me contesta el saludo con tono de voz mamón y pasa lo siguiente:
Daniel: -Oiga, estas cajas... ¿Me las puede regalar?-
Repartidor: -No-
Daniel: -Orale, ¿por que?-
Repartidor: -Las tengo que llevar a la fábrica de nuevo, para que las manden a México a reciclar-
Daniel: -¿De verdad? (¡que mamada!)-
Repartidor: -Si, se rehusan las cajas-
Daniel (queriéndolo hacer pendejo): -¿Y en Sabritas hacen lo mismo?-
Repartidor: -Creo que si, también reciclan las cajas ahí-
Daniel: -Bueno... ¿y no me las puede vender?-
Repartdor: -No, no puedo-
Daniel: -Orale,-
Repartidor: -Ni modo compa-
Daniel: -Ps si, ni modo...-
Di vuelta sobre mis talones, y regresaba caminando a la camioneta de mi amigo. Entonces, al voltear hacia la puerta del local vi, ahí abandonadas aplastadas y muy solitas, unas cajas de cartón de Barcel. En una fracción de segundo tuve una idea lógica y por ende, muy buena.
Llegué a la camioneta donde mi amigo me esperaba, y desde la ventana del copiloto le dije:
Daniel: -Wey, prende la camioneta-
Amigo: -¿Para que?
Daniel: -Tu préndela y así mantenla hasta que llegue *Abre la puerta lateral de la van* ¡y no cierres la puerta!-
Amigo: -No mames guey, no vayas a hacer Hit n' run ¡y menos cuando andamos en mi camioneta!-
Daniel: -No pasa nada, tu tranquilo-
Amigo: -Arres pues-
Entonces, con las puertas abiertas, entré al establecimiento, me acerqué a las cajas, y espere un momento. Me sercioré de que nadie me estuviera viendo, esperé que pasara el empleado y entonces agarré todas las cajas, salí de la tienda en chinga, aventé las cajas a la camioneta, cerré, y al son de ¡Fuga wey! ¡Fuga! me metí al vehículo.
Llevaba prisa, pero mi compa al parecer no. Se dió de reversa para salir tan lentamente, que casi cumplo años ahí mismo; salimos sin ser vistos o reconocidos. Mi amigo enfiló hacia la salida y pretendía bajar a la avenida en sentido contrario, le grité que por ahí no se podía y cambió el rumbo.
Entonces al cambiar el rumbo pasamos frente al repartidor, que todavía acomodaba pendejada y media en el camión; bajé el vidrio y con un ademán cortés me despedí y le dí las gracias; no se si me escuchó. Pero creo que por mi cinismo me gane mi cuota de mal Karma, aunque mi amigo dice que se cancela, por que el otro pendejo me negó unas putas cajas de cartón.
Será el sereno. Pero teniendo cajas ya puedo contribuir con la pendejada esa de los altares de muertos. ¡Ajua!
***
La siguiente plática tuvo lugar ayer en el salón clases. Mientras los hombres de mi equipo (yo y otro wey) pintábamos monitos para el altar con otra morra, comenzamos a platicar de fútbol, la liga de campeones, el fútbol mexicano, la liga española, y fue ahí donde la morra que estaba pintando con nosotros, dijo lo siguiente:
Morra del equipo: -Yo una vez vi jugar al Real Madrid-
Daniel: -Yo también, en la tele-
Otro tipo: -Jaja, yo también-
Morra del equipo: -No, yo lo vi cuando fui a España de vacaciones
Daniel, Otro tipo (al mismo tiempo): ¡Que vergas!
Otro tipo: -Neta que envidia ¿eh? (pausa) oye, ¿y contra quien viste jugar al Real?-
Morra: -Esteee... contra el Barcelona, el de Rafa Márquez.-
Daniel: *Boca abierta, mirada fija en ella
Otro tipo: *Misma reacción*
Morra: *Incómoda, rictus de confusión*
Morra: ¿Que padre?
Daniel: ¡Claro que que padre!
Morra: Ah, pos no tanto, esque no jugó Rafa... ¡está bien guapo!, no como el Ronaldihno, ese está feo.
Otro tipo: Se cae de la silla
Daniel: Dios les da pan a los que no tienen dientes...
Morra: ¿Y eso que quiere decir?
***
Y bueno, ya no se me ocurre nada. Ya me voy, estoy enfermo y tengo hueva.
Chido.