2 de Octubre, no se olvida.
Mi amigo Marcos, tiene escritas con negro en las paredes de su cuarto, muchas frases que han sido significativas en diferentes etapas de su vida. Absolutamente todas las escribe por que algo significan, o lo hicieron.
En una de tantas ocaciones en las que he estado en su casa, se me ocurrió rayar en su pared con marcador rojo (pa'que resaltara) una frase muy sobada: "2 de Octubre No Se Olvida". Creo que ahí sigue la frase escrita en la pared de la cabecera de su cama, no estoy seguro.
Normalmente recordamos esta fecha por la matanza de estudiantes en el 68. Jóvenes que se pusieron a protestar, dieron sus razones, expidieron un pliego petitorio, llamaron al diólogo, hicieron un mitin y ahí, los baleó el ejercito mexicano sin pensarla dos veces. Reaccionarios todos ellos. Una página aciaga en nuestra historia, escrita con sangre, una tragedia vergonzosa, terrible, y todas esas adjetivaciones poéticas mamonas al estilo de "México: Nuevo Siglo" de Enrique Krauze.
El chiste es que recordamos esta fecha con pena, gracias a unos jóvenes que querían algo y les fue negado rotundamente, y de pasada les privaron de lo más básico y escencial para una persona: La vida. De esto, hace más de treinta años: El 2 de Octubre de 1968, hace un putero de eso.
Ahora, durante toda mi vida, he escuchado tanto de mi familia, como en la escuela, y otros lugares, que "los jóvenes son el futuro del País", me han mencionado esa frase infinidad de ocaciones, y me la han repetido hasta el asco. La eterna cantaleta sobre que la juventud tiene que ponerse vergas para sacar adelante el país que toda la bola de huevones sin nada mejor que hacer en el gobierno -o los que se preparan para gobernar- ha destruido. Aunque nunca bajé aquella frase de pobre excusa de adulto fracasado o wey sin trabajo.
No me tocó vivir aquella tragedia. Verla escrita, plasmada en películas malas o en documentales tendenciosos, fueron el terreno donde pude fincar mi opinion. Siempre me pareció innecesaria toda aquella movilización militar para silenciar jóvenes que si ahora tienen poca voz, en ese tiempo tenían menos. Creo que por eso los mataron, por no conformarse, por unirse y tratar de sacar adelante un objetivo común, jalando parejo; cuando fueron demasiados, simplemente los desaparecieron.
Hoy, 2 de Octubre del 2005, en un ámbito completamente distinto. También unos jovenes escribieron historia. Esta vez, una página gloriosa en nuestra historia.
Tal vez a mucha gente le dé lo mismo saber que México, hoy a nivel sub-17 es Campeón del Mundo, por que no le interesa, gusta o le caga el fútbol. Y se entiende. El fútbol es algo de ínfima importancia en el panorama de la vida. Pero también es el pasatiempo nacional, la pasión de muchos.
No pienso hacer mío el triunfo de ellos. Son ganzadas hacer eso, pretender que por que nacieron en el mismo país que yo tengo derecho a subirme al tren de su triunfo, que es muy grande y muy generoso, como muchos harán después. Yo, simplemente celebro, y me alegro por su triunfo. Por que demuestra que trabajando se puede lograr todo. Es también un paso importante en el deporte mexicano. Demuestra que podemos dejar la mediocridad atrás, que los pinches brasileños no tienen tres piernas, ni un gen especial en el código genético para tener completo dominio del balón, demuestra que podemos, y que ahora también sabemos ganar.
Creo que los estudiantes del 68 y el equipo mundialista del 2005 no son tan distintos uno del otro; los dos eran grupos de gente que se propuso algo y trabajaron juntos para lograrlo. Todos con el mismo objetivo. En el 68 no lo lograron, pero debieron. En el 2005 lo lograron con merecimientos. Y así debería ser siempre.
Yo pienso que el fútbol es un prístino espejo de nuestra vida. Y el mismo fútbol nos está mostrando que para salir avantes de cualquier situación, y para sobrepasar cualquier obstáculo hay que trabajar mucho y trabajar juntos para lograrlo. Tanto en el problema mas estúpido y el escollo más sencillo como en cosas tan cabronas como tratar de sacar adelante a nuestro país.
Antes teníamos una razón vergonzosa para recordar este día. Ahora, tenemos una razón gloriosa para hacerlo. Si se pudo, como chingados no.