Hoy.
Ayer pensaba en publicar aquí un texto todo azotado sobre las cosas que no están saliendo bien. Casi todo el contendio tocante al tema de la escuela, más que nada. No lo publiqué. Me dió hueva, y lo que no sabía, esque no había necesidad de ello. El post abarcaba otros detallitos mamones que me molestaban. Nada del otro mundo: existen otras situaciones las cuales me gustaría se enderazaran, pues pueden estar mejor, pero ello está fuera de mi control, lo que puedo hacer yo por mejorarlas, lo hago. Por mi no queda.
Por lo pronto, como ya dije, las cosas mejoraron en la escuela de un día para otro, ni yo me la creo. Cinco semanas terribles, llenas de hueva, desididia, valemadrismo rampante, y falta de huevos en general para sobrellevarla, y buscarle la buena cara al asunto. Pero de putazo se solventó todo. Hoy.
Llegué a IADA hoy, apesadumbrado, cabizbundo y meditabajo. Desde que entré, no me dan ganas de ir, de hecho, si mal no recuerdo, tan asqueado me encontraba, que no escribí absolutamente nada sobre mi primer día de clases en este blog, como es mi -mamona- costumbre. Así de cabrón me rompía las pelotas la escuela; por que ya no es tanto.
Pero estoy divagando; estaba con que llegué a la escuela hoy bajado de ánimos, sin ganas, prefiriendo estar en cualquier otro lugar. Llegué al edificio, dejé mis cosas en el salón y me salí a fumar mi cigarro matinal, y comenzaba a pensar pendejadas como acostumbro:
'Estaría bien escribir un tratado científico sobre las propiedades de la hueva, con leyes formuladas y toda la cosa: "La hueva no se crea ni se destruye, sólo se transmite"; "La hueva es eterna, atemporal y adimensional"; "La hueva en un grupo de personas tiende al equilibrio"; "La hueva siempre es absoluta, jamás es relativa", etcétera". No me pinche jodas que hueva tengo, ah cómo se me antoja un café con este pinche frío... verga, hoy juega Chelsea y Barcelona... no lo voy a poder ver... momento salgo temprano hoy, ¡es todo!'
En eso estaba, cuando llegó la maestra. Me dijo que me metiera a la chingada por que teníamos clase. Triste y apesadumbrado, entré a salón. No quedaba más remedio. Me senté y comenzó el desmadre: un camarada iba crudo y en ayunas, moría de sed (¡mi reino por una botella de agua!), tenía un dolor de cabeza y de espalda terrible, como si tuviera un chimpancé brincándole en la espalda y pegándole con un cucharon. Se retorcía de dolor y de nausea. Hasta que le dije que en la tienda tenían sal de uvas y le presté feria para que tomara agua. Corrió a comprar todo. Al regresar, era otro. Milagro.
Hasta eso que estuvo bien la clase, pues de ahora en adelante, comenzaremos a diseñar en forma, utilizando las herramientas adecuadas para hacer un trabajo de calidad. Se terminaron los jueguitos tontos y comienza lo bueno. Además, el desmadre con los camaradas de la clase esta al puro pedo. Nadie se lleva mal, decimos puras pendejadas graciosas -para variar-, sin maldecir por que la maestra se encabrona.
Lo que quiero decir: la clase va a dejar de ser una cuacha, y va a empezar a ser divertida, que bueno.
La clase terminó. De imediato largué al taller de serigrafía a mi segunda y última del día: grabado. Huelga decir que en ésta clase, como en todas las demás, estoy dándolas bien cabrón.
Ahora, esta materia en particular, me rompe soberanamente las pelotas por lo siguiente: no se me da la gana de hacer las cosas, pero las hago (casi siempre). Lo que hago, nomás no me gusta como queda, y lo que me gusta como queda y hago bien, no le gusta al profesor, del cual no soy santo de su devoción... y así el ciclo interminable y asqueroso de ésta clase.
En esta clase, el lunes de la semana pasada, comenzamos a imprimir los grabados en madera y este miercoles entregamos tres copias del grabado en una carpeta que debemos hacer nosotros. El miercoles en la mañana no tenía hecha la carpeta. Y no sabía que hacer, ya estaba en la escuela y no tenía ideas. Acortando la historia: traía unos periódicos en la cajuela del carro, y con eso y cinta adhesiva fabriqué mi carpeta. Exito rotundo.
El pedo era que la calidad de mi trabajo, aunque me gustaba, dejaba mucho que desear conforme a los estándares establecidos por el docente. Y ya esperaba el sablazo a la hora de la calificación, para mis expectativas un siete mi máxima aspiración.
Hoy lunes, al recibir mis trabajos, me dieron mi calificación: Nueve. Casi me voy de espaldas. No me pinche jodas: ¿que pedo con eso?
Di las gracias entonces, hice una reverencia, y me senté a trabajar tranquilamente. Después de todo no puedo estar haciendo tan mal las cosas. El trabajo que sigue es un material mas amigable que la madera (el primer grabado) y espero, ahora si, hacer un excelente trabajo.
Total que salí de mi clase, y revisé mi carpeta. Faltaba uno de mis grabados. El que mejor estaba. Ahora una de dos: o el profe lo agarro como ejemplo, o lo tomó para la "galería del horror" que consiste en una serie de los trabajos peor hechos. Sea como sea, tengo un nueve, lo demás no me importa.
De la misma forma, las copias del libro de una de mis clases (que necesito para trabajar y no he sacado en cinco semanas por huevón), vinieron solas a mi. Me topé con una tipa que esta conmigo en esa clase, en mi equipo, me preguntó si tenía las copias del libro y le dije que no. Me contestó que mañana me prestaba el libro para sacarselas le dije que si y me fui al taller. Al rato me la topé y me dio mis copias. ¿Que pedo con eso? ya tengo con que trabajar. Ja.
Despues de clases regresé a mi casa a ver los juegos de la Champions League: Ganó el Barcelona al Chelsea, perdió Juventus, y empató Villareal. Salió todo como esperaba. Excelente.
Como dije al principio: pensaba poner un post sobre las cosas que no estaban saliendo bien, o que no salían como esperaba. Al parecer, no tengo necesidad de hacerlo, por que ahora todo se está poniendo en orden por sí mismo. Es una oportunidad que tengo de hacer las cosas bien.
En lo que a mi respecta, ahora me toca dejarme de pendejadas. Es tiempo de echarle huevos al sartén, que al fin y al cabo, solitos se cocinan.
Chido!
Por lo pronto, como ya dije, las cosas mejoraron en la escuela de un día para otro, ni yo me la creo. Cinco semanas terribles, llenas de hueva, desididia, valemadrismo rampante, y falta de huevos en general para sobrellevarla, y buscarle la buena cara al asunto. Pero de putazo se solventó todo. Hoy.
Llegué a IADA hoy, apesadumbrado, cabizbundo y meditabajo. Desde que entré, no me dan ganas de ir, de hecho, si mal no recuerdo, tan asqueado me encontraba, que no escribí absolutamente nada sobre mi primer día de clases en este blog, como es mi -mamona- costumbre. Así de cabrón me rompía las pelotas la escuela; por que ya no es tanto.
Pero estoy divagando; estaba con que llegué a la escuela hoy bajado de ánimos, sin ganas, prefiriendo estar en cualquier otro lugar. Llegué al edificio, dejé mis cosas en el salón y me salí a fumar mi cigarro matinal, y comenzaba a pensar pendejadas como acostumbro:
'Estaría bien escribir un tratado científico sobre las propiedades de la hueva, con leyes formuladas y toda la cosa: "La hueva no se crea ni se destruye, sólo se transmite"; "La hueva es eterna, atemporal y adimensional"; "La hueva en un grupo de personas tiende al equilibrio"; "La hueva siempre es absoluta, jamás es relativa", etcétera". No me pinche jodas que hueva tengo, ah cómo se me antoja un café con este pinche frío... verga, hoy juega Chelsea y Barcelona... no lo voy a poder ver... momento salgo temprano hoy, ¡es todo!'
En eso estaba, cuando llegó la maestra. Me dijo que me metiera a la chingada por que teníamos clase. Triste y apesadumbrado, entré a salón. No quedaba más remedio. Me senté y comenzó el desmadre: un camarada iba crudo y en ayunas, moría de sed (¡mi reino por una botella de agua!), tenía un dolor de cabeza y de espalda terrible, como si tuviera un chimpancé brincándole en la espalda y pegándole con un cucharon. Se retorcía de dolor y de nausea. Hasta que le dije que en la tienda tenían sal de uvas y le presté feria para que tomara agua. Corrió a comprar todo. Al regresar, era otro. Milagro.
Hasta eso que estuvo bien la clase, pues de ahora en adelante, comenzaremos a diseñar en forma, utilizando las herramientas adecuadas para hacer un trabajo de calidad. Se terminaron los jueguitos tontos y comienza lo bueno. Además, el desmadre con los camaradas de la clase esta al puro pedo. Nadie se lleva mal, decimos puras pendejadas graciosas -para variar-, sin maldecir por que la maestra se encabrona.
Lo que quiero decir: la clase va a dejar de ser una cuacha, y va a empezar a ser divertida, que bueno.
La clase terminó. De imediato largué al taller de serigrafía a mi segunda y última del día: grabado. Huelga decir que en ésta clase, como en todas las demás, estoy dándolas bien cabrón.
Ahora, esta materia en particular, me rompe soberanamente las pelotas por lo siguiente: no se me da la gana de hacer las cosas, pero las hago (casi siempre). Lo que hago, nomás no me gusta como queda, y lo que me gusta como queda y hago bien, no le gusta al profesor, del cual no soy santo de su devoción... y así el ciclo interminable y asqueroso de ésta clase.
En esta clase, el lunes de la semana pasada, comenzamos a imprimir los grabados en madera y este miercoles entregamos tres copias del grabado en una carpeta que debemos hacer nosotros. El miercoles en la mañana no tenía hecha la carpeta. Y no sabía que hacer, ya estaba en la escuela y no tenía ideas. Acortando la historia: traía unos periódicos en la cajuela del carro, y con eso y cinta adhesiva fabriqué mi carpeta. Exito rotundo.
El pedo era que la calidad de mi trabajo, aunque me gustaba, dejaba mucho que desear conforme a los estándares establecidos por el docente. Y ya esperaba el sablazo a la hora de la calificación, para mis expectativas un siete mi máxima aspiración.
Hoy lunes, al recibir mis trabajos, me dieron mi calificación: Nueve. Casi me voy de espaldas. No me pinche jodas: ¿que pedo con eso?
Di las gracias entonces, hice una reverencia, y me senté a trabajar tranquilamente. Después de todo no puedo estar haciendo tan mal las cosas. El trabajo que sigue es un material mas amigable que la madera (el primer grabado) y espero, ahora si, hacer un excelente trabajo.
Total que salí de mi clase, y revisé mi carpeta. Faltaba uno de mis grabados. El que mejor estaba. Ahora una de dos: o el profe lo agarro como ejemplo, o lo tomó para la "galería del horror" que consiste en una serie de los trabajos peor hechos. Sea como sea, tengo un nueve, lo demás no me importa.
De la misma forma, las copias del libro de una de mis clases (que necesito para trabajar y no he sacado en cinco semanas por huevón), vinieron solas a mi. Me topé con una tipa que esta conmigo en esa clase, en mi equipo, me preguntó si tenía las copias del libro y le dije que no. Me contestó que mañana me prestaba el libro para sacarselas le dije que si y me fui al taller. Al rato me la topé y me dio mis copias. ¿Que pedo con eso? ya tengo con que trabajar. Ja.
Despues de clases regresé a mi casa a ver los juegos de la Champions League: Ganó el Barcelona al Chelsea, perdió Juventus, y empató Villareal. Salió todo como esperaba. Excelente.
Como dije al principio: pensaba poner un post sobre las cosas que no estaban saliendo bien, o que no salían como esperaba. Al parecer, no tengo necesidad de hacerlo, por que ahora todo se está poniendo en orden por sí mismo. Es una oportunidad que tengo de hacer las cosas bien.
En lo que a mi respecta, ahora me toca dejarme de pendejadas. Es tiempo de echarle huevos al sartén, que al fin y al cabo, solitos se cocinan.
Chido!