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Neomierda.

Cero credibilidad.

Rituales.

Todas las mañanass se levanta y se lava los dientes. Siempre de la misma forma: primero la hilera de muelas de arriba, luego la hilera de muelas de abajo, todas talladas diez veces en ese orden. Siempre en ese orden, a la misma hora, con el mismo color de cepillo de dientes, de no ser así, algo malo podría pasar.

Es el miedo a lo que pase, es esa férrea rutina brutal lo que lo mantiene. El temor inconmesurable de perder todo lo que tiene por desatender lo que le pertenece. Es esa manera loca, enferma, de aferrarse, de apegarse con toda su fuerza a rituales tan rídiculos, tan cómicos, como el lavarse los dientes de cierta forma, a cierta hora. Lo peor: su vida esta llena de estos rituales.

Si no se ha lavado los dientes, no puede salir a la calle. Es su manera de sentirse listo. Puede levantarse tarde, puede llegar con una hora de retraso a trabajar: sus rituales, sus ritos van primero.

Levantarse con el pie derecho. Bajar a la cocina. Prender la cafetera. Subirse a bañar. Terminar y salir en toalla del baño a vestirse, siempre en el mismo orden: calzones, camiseta, calcetines, pantalon, camisa. Bajar por el cafe, tomárselo hirviendo y negro, subir, terminar de acicalarse y lavarse los dientes de la forma en la que lo viene haciendo desde pequeño.

Siempre la misma rutina, siempre regresar. Eterno retorno. Bendito sea Dios que no le dio barba para rasurse... porque entonces no habría tiempo para nada... el poco vello que le sale, lo elimina al contacto con un rastrillo desechable en la regadera.

Es el miedo lo que lo hace ser asi. El pavor al cambio. El recelo a lo nuevo. La fobia incontrolable, la enfermedad mental que lo hace repetir una y otra vez el mismo procedimiento por el miedo que le provoca el cambio radical de su status quo.

"No, no puedo salir sin lavarme la boca... puede pasar algo malo, no se lo que sea... pero seguro algo malo, mejor ni buscarle... aunque vaya tarde, por más que me apure no voy a llegar... mejor continúo no vaya a ser peor..."

Es este razonamiento su atadura. Son sus esposas hechas de superstición. La manera de acometer el mundo y su destino cotidiano: el mantenimiento de si mismo, que lleva a su equilibrio mental.

Es una enfermedad y lo sabe. No le importa. Pocas veces han logrado interferir con su vida sus hábitos peculiares, sus costumbres particulares, en algún momento padeció insomnio debido a la apabullante soledad causada por el repentino abandono de una mujer a la que amó profundamente y lo dejo por ser 'raro'. Lo peor era que nunca reparó en sus rituales, más bien la asustó su manera tan natural de hablarse a sí mismo mientras completaba la rutina de todos los días en soledad, sin incluirla. Eventualmente eso sería su ruina.

Aguantaron dos abortos y una sobredosis. Fueron al infieno y de regreso juntos. Pero el mantuvo sus ritos intactos, siempre el pie, el café, los dientes, el color y las cantidades. Siempre lo mismo. Y como por arte de magia todo estaba normal. Es raro, puen el único día que no lo hizo, fue el mismo día que lo dejaron. Es por eso que ahora lleva una férrea autodisciplina por los hábitos que le impone quien sabe cual fuerza mística más allá de su entendimiento y que se encarga de revisar que sean llevados a cabo todos los procesos que ha iniciado desde su infancia y que si bien ahora ve completamente normales, Para el restpode las personas no son más que algo depravado y deplorable. Como cagarse en la sala.

Por eso se proteje. Y proteje a los demás. Y si protejerlos significa seguir con su tutina hasta que muere, por el no hay problema. .. lo único sería... que cualquiera se enterara
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