<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d6273027\x26blogName\x3dNeomierda.\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLACK\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://neocrap.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_MX\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://neocrap.blogspot.com/\x26vt\x3d-2210284163126322865', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

Neomierda.

Cero credibilidad.

Cinco minutos de maldad.

viernes, julio 28, 2006
En estos días me he visto inmerso en una vorágine de eventos familiares, que han culminado ayer con la muerte de mi padre, el Doctor Daniel Santoyo y del Valle.

Ha sido tiempo de hacer continuas llamadas telefónicas larga distancia, de estar a la expectativa; de querer saber, aunque preferirías ni enterarte. De darte cuenta, o más bien toparte, con muchas cosas que has ignorado desde que naciste y han estado frente a ti durante toda tu vida.

Ha sido momento de darse cuenta de la calidad humana en forma de abnegación y de la recalcitrancia del egoísmo. De reparar en el maniqueísmo de algunas personas; el fatalismo propio, y de la contundencia de la verdad, de los hechos.

Estos días han sido de detenerse, de hacer una pausa. No precisamente una pausa refrescante, pero una pausa al fin. Poner en stand by la vida, para ser parte de otras vidas. De poner el bien propio en segundo término, para poner el ajeno primero, de reconocer esa sensación cuya satisfacción había olvidado. De sacar entereza sabe Dios de dónde y ponerla de manifiesto, de hablar ahora y sufrir después, de desarrollar el tan mentado "carácter" y la tan sobada "madurez".

Y así como algunos sentimientos los reconocí, también conocí otros sentimientos mucho mas oscuros, al menos por cinco minutos: Sentir el reflector gigante de estar en medio de la controversia. De contemplar como posible el calor de la disputa. Sopesar y casi saborear la posibilidad de arrebatar lo que por cariño no te dieron. De ver viable la posibilidad de presentarse aunque hayan querido impedirlo durante años, de ser el ave de la tempestad, el heraldo negro, el que chinga los planes superchingones, ser el super chilango entre tu y tus vacaciones.

Fueron cinco minutos de maldad: cinco minutos donde pensé en arruinarles todo, en ir y destruir desde los cimientos lo que con tanto trabajo habían construido. De tirarles su castillito de naipes. De, por fin, reclamar algo que me pertenecía...

Fueron cinco minutos de maldad, cinco minutos que gastas en escuchar una cancion relativamente larga, cinco minutos que duran los comerciales en la televisión, cinco minutos en lo que marco el teléfono y me comunican. Cinco minutos hasta que me contestan y me doy cuenta que no era como pensaba, que no soy capaz. Que aunque quisiera, no podría. Porque así fue la voluntad de mi padre y así se dieron las cosas: hay cosas más importantes que destruir.

Entonces me doy cuenta que no soy capaz de hacer el mal, no lo tengo en mí. No llevo la frialdad necesaria para decir, hacer, o mandar que hagan el mal, una salvajada, o una desgraciadez. Y me alegro, y sonrío.

Creo que ese fue el legado que me ha dejado mi padre, su último regalo, lo que me dejó antes de morir: Soy una buena persona, alguien que no hace el mal, "un alma buena" como diría mi madre. Y eso vale más que toda la feria, que todo los sentimientos, y toda la superflua satisfacción que me hubieran traído esos cinco minutos, entre lo que entraba la llamada y me daban razón de la situación.

Gracias papá. Te quiero. Todo bien. De verdad.

¿Mal pedo, viejo?

viernes, julio 21, 2006
Estoy en condiciones y en todo mi derecho de escribir un post todo emo y azotado, pero escojo no hacerlo. Es inútil. No gano nada, no soluciono nada, las cosas no van a mejorar sólo porque me estoy quejando. Por eso prefiero no hacerlo. Eso no borra el hecho de que yo me sienta mal, pero en realidad son cosas fuera de mi control, de mi alcanze, y mayores a mis fuerzas.

No quiero hacerme el chingón, por que no lo soy. De hecho soy un mentecato pusilánime, un vago de mierda que a veces huele bien, y que tiene muy buenos amigos. Pues gracias a cierta conversación que tuve con Dulce y con Rosita, a cierto video que tuve la fortuna de ver en YouTube (Bright Eyes - The first day of my life), a la tarde que pasé tirando hueva grupal con Rosita y demás gente, el reunirnos anoche Marcos, Bubulin, Palmera, Vaquera y Chicha, entre otras cosas, no me siento tan culero. De hecho, sólo me da fuerza.

Poco a poco me doy cuenta, que es mucho mejor mirar lo bueno que tengo y que me pasa como rutina, en lugar de ponerme a expulgarle las dos tres cosas horribles a mi vida.

Mucho me he tardado en aprender que si sonríes con ganas -de veras sonreír-, alumbras a otras muchas sonrisas que estan a tu alrededor que te alumbran de vuelta. Aprendí que discutir es gracioso cuando lo haces por deporte, y que solamente sirve para reírse, aunque algunos todavía lo usen para lastimar. Ahora sé que la palabra "puta", "basura", "culero", "vergüenza", "pena" y muchas otras, pueden ser ofensiva para algunos, pero con mis Amigos (Amigos, no compas), es manifestar el cariño y la camaradería.

Aprendí que la humanidad tiene dos caras: la terriblemente horrible, y la increíblemente bella, y que todos sabemos cual es la mejor. Aprendí que se puede acariciar a la gente con palabras, y que tomar de la mano a alguien -con intención romántica o sin ella- puede ser la diferencia entre un día excelente y otro no tanto. Aprendí que la calidez humana es algo que todos tenemos, y que algunos temen por no conocerla, aprendí que los seres humanos que son así, son las personas más valiosas. He aprendido a no dejar pasar, a no dejar de decir, y a no andarme por las ramas. Aprendí a extrañar un grito y a disfrutar el tiempo.

Aprendí lo que es sufrir a distancia, y recordé, por fin, que llorar no hace daño, y mucho menos, si es de alegría: se pueden ahorrar lágrimas mucho tiempo, se puede huir del sentimiento, se puede maquillar, se puede enterrar y empujar mucho más abajo de los pies, pero no se puede negar. Se debe evitar llorar solamente cuando nos sentimos mierda por nada. Por lo demás no. Mi madre me dijo que "llorar limpia el alma", por que se preocupaba que no llorara siendo yo un tipo tan chillón. Pero no he dejado de hacerlo, simplemente ahora escojo las ocasiones.

Por todo esto no puedo detenerme. Por esto no me puedo quejar, tengo más bendiciones que desgracias, he pasado muchos obstaculos como para cegarme ahora. Por eso no lo voy a hacer.

Si, me siento mal. Pero de ahora en adelante, cuando eso suceda, simplemente me voy a detener a pensar todo lo bueno que tengo en la vida. Y voy a seguir adelante, puesto que de eso se trata vivir, así nos tocó:

¿Mal pedo, viejo? Ni pedo, viejo.

Plazos.

viernes, julio 14, 2006
Este post va cortito, simplemente porque quiero plasmar lo poquito que tengo en la cabeza ahorita que son las dos treinta de la mañana y no tengo sueño.

Plazos. Esas fechas que se ven tan lejanas al ser planteadas y que inexorablmente se cumplen. Creo que nada más la muerte, los impuestos y los plazos, en ese orden, son cosas que no pueden detenerse, ni intentar huir de ellos.

El mundo se rige por plazos, y en México también. Creo que nosotros los mexicanos somos las personas que más se atienen a que los plazos se cumplan, y por eso nunca mueven un dedo hasta que todo es demasiado tarde, hasta que el tiempo se te viene encima, hasta que todo esta a punto de palmarla, entonces se ponen manos a la obra, porque nos asi nos gusta a nosotros: "Trabajar bajo presión", con el tiempo encima.

Me di cuenta hace como diez minutos que la existencia en nuestro país se rige de esta forma. Desde el chavillo de secundaria que tiene que estudiar para un examen; la mensualidad del carro o la tarjeta; esperamos enero para bajar de peso, ahorrar, hacer ejercicio, o dejar de pistear, fumar o drogarnos; aguantamos cuatro años a ver si la selección da el paso definitivo en octavos, y esperamos un sexenio para que "las cosas cambien en este país".

Y nos damos cuenta muy tarde de todo ello: el muchacho estudia la noche anterior a su examen; corremos a pagar la mensualidad el último día, cuando se aturra el banco; pasamos todo el año dándonos a la milonga y al placer, y mandamos a la verga todos esos nobles propósitos de bajar la panza, ser más sanos, y ahorrar ni se diga, porque ya nos gastamos lo ahorrado en los vicios; nos vamos a aguantar otros cuatro años, porque ahora sí, ahora sí chingada madre, ¡Sudáfrica es nuestro!; y nos vamos a seguir peleando de aquí a que se dé un veredicto, por quien va a ser el presidente de la nación, para ver su ya llega el "cambio".

Este es el plazo más importante en este momento. El del Siñor Presidente.

No pienso ponerme a escribir una diatriba defendiendo a Calderón, tirándole a AMLO, o quejándome de que el país no avanza Todas esas tarugadas ya las dijeron, ya todo mundo hizo su berrinche y de todas formas todo sigue como está. Yo se que mi país esta estancado, y así va a seguir por mucho tiempo: mientras sigamos deseando el cambio cada que se vence el plazo para ir a votar, vamos a seguir en las mismas; mientras el pueblo no se una, deje de pensar que en la próxima elección va a venir el cambio, y se ponga a hacer las cosas, no vamos a dejar de ser la broma de país que somos:

Los más trabajadores de Estados Unidos, Los más chingones para el fraude y la huevonada, Y la mejor afición del mundial. Ya estuvo con los plazos. Mejor empezar desde ahora.

Bah, esto suena como discurso patriótico baratero. Pfff.

Bombardeo

jueves, julio 13, 2006

Pinche paloma que pedo!?